La ninfa Eco era demasiado parlanchina y distraía a menudo a la diosa Hera con sus  charlas, mientras su divino esposo, el enamoradizo Zeus, la engañaba con otras  ninfas. La celosa Hera lo advirtió y, enojada, castigó a Eco dejándola muda, y  condenada tan sólo a repetir, con su voz, las palabras ajenas. La ninfa se enamoró perdidamente del bello Narciso, pero no logró que él le hiciera ningún caso. El  muchacho era hijo de la ninfa Liríope y del río Céfiro, en Beocia. Un extraño oráculo dijo sobre él que viviría largo tiempo si no
llegaba a conocerse, es decir, a verse a sí  mismo.
Un buen día, asomado a un estanque, descubrió Narciso su bella imagen que lo  miraba desde la superficie del agua con grandes ojos.
El joven se quedó prendado de  esa figura seductora en el agua, y comenzó a pasar su tiempo observándola,  observándose. Nada le enamoraba más que su propio retrato que se movía según sus  propios
gestos. La diosa Afrodita castigaba con ese amor imposible el desdén del  joven por el amor de otros. La pobre Eco fue languideciendo de amor y se hizo tan  sutil que desapareció, quedando sólo su voz, repetitiva y vana, sin merecer su  atención. Como no cesaba nunca de contemplarse, Narciso dejó de correr, divertirse y  hasta de comer,
quedándose en el borde del agua mirándose, cada vez más escuálido hasta que murió. De su sangre salió una flor, que adoptó su nombre: el narciso.
C. Carcia Gual, Diccionario de mitos, Madrid, Siglo XXI, 2003, pp.

Debate en clase sobre la relevancia del mito de Narciso en la cultura contemporánea. ¿Crees que
la obsesión por la imagen propia sigue siendo un problema en la sociedad actual?

Historia sobre un Narciso q se ve reflejado en el celular.

Había una vez un muchacho llamado Narciso, pero no era el mito clásico de quien se enamoró de su propio reflejo en el agua. Esta es una historia diferente; cuenta la historia de un Narciso que se enamoró de su reflejo, pero no en el agua, sino en el celular. Este nuevo Narciso se sumerge en un mundo virtual, donde un “like”, un comentario, un emoji valen mucho más que todo lo que nos rodea, esa gente que te quiere. En ese mundo, encuentra un nuevo él, un nuevo Narciso que idealiza cada foto de sí mismo.

Pero, a medida que pasa el tiempo, Narciso se sumerge más en su reflejo digital y comienza a perder el contacto con la realidad. Esto le genera un vacío que piensa llenar al verse reflejado, pero resulta que no. Así, termina muriendo, absorto en la pantalla del celular.

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